Pehuenches acusan al Estado
Por Lucía Sepúlveda Ruiz
Uno de los problemas que deberá enfrentar Sebastián Piñera es la respuesta que dará como gobierno a la acusación presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDHH por la aprobación ambiental dada por el Estado chileno a la construcción en el río BioBio de una tercera central hidroeléctrica, llamada Angostura. El hecho es considerado por los reclamantes como una violación del denominado “acuerdo amistoso” suscrito en 2003 entre el Estado de Chile –entonces presidido por Ricardo Lagos- esa entidad, y las familias mapuche-pehuenche, para destrabar la construcción de la central hidroeléctrica Ralco en el Alto BioBio. Piñera se ha pronunciado siempre a favor de los megaproyectos energéticos, en tanto que el tema indígena, ausente de su discurso público le saltará a la cara ahora, porque el Estado chileno se comprometió entonces a no autorizar nuevos megaproyectos en tierras indígenas del Alto Biobio. Pero con el descaro habitual, en febrero de este año la empresa Colbun ya inició los trabajos de tala de árboles y faenas en los cerros sin que nadie diga nada.
La negociación citada ante la CIDHH permitió a Endesa llevar adelante su proyecto, que había generado un prolongado conflicto entre el gobierno del ex presidente Lagos, el mundo indígena y los ambientalistas. En tiempos de Ralco, Endesa tenía proyectada esta central, que llamaba Huequecura y vendió el proyecto a su socio Colbún, del grupo Matte, que lo rebautizó como Angostura. Su construcción tendría un serio impacto social y ambiental. La cuenca del río Bío-Bío contiene al 41% de las especies nativas de peces de Chile, con un total de 19 especies, muchas de ellas en peligro de extinción. Recursos escasos como el agua y únicos, como estos peces, serán negativamente afectados por el megaproyecto energético, y el reclamo indígena resonará con fuerza en el ámbito internacional.
En suspenso
El abogado Roberto Celedón, que participó en el citado acuerdo, aceptó llevar el proceso a la Corte Interamericana por encargo de los afectados actuales y por los firmantes de entonces, Berta Quintreman, Rosario y Mercedes Huenteao y Aurelia Marihuan, que se sienten traicionados. La denuncia a la entidad interamericana por incumplimiento, presentada a fines de 2008, se reactivó a comienzos de 2010, luego de la aprobación del proyecto por la Corema (Comisión Regional de Medio Ambiente) de la región del BioBio en noviembre del año pasado. En la actualidad Angostura se encuentra suspendido por una reclamación presentada ante Conama por Freddy Nolberto Pérez Sanhueza en representación de la organización Aguas Libres, opositora al proyecto, además de Juana del Carmen Méndez Curriao, y René Renato Flores Arévalo, por las familias que serían desplazadas.
A la lucha contra el proyecto Angostura de Colbún se unieron también organizaciones medioambientales y sociales de Santiago, como la Red de Justicia Ambiental, el Observatorio de Conflictos Ambientales, Ecosistemas, Codeff, Feministas Autónomas, el Colectivo No a Pascua Lama, el Centro Ecoceanos, la Liga por la Justicia Climática, y el movimiento Patagonia Sin Represas. Las organizaciones fueron informadas de la situación por Freddy Pérez (Aguas Libres de Quilaco) y Ronny Leiva del Grupo de Trabajo Mapuche por los Derechos Colectivos, en una reunión ampliada.
“Señor Colbún”
La palabra de Pedro Suárez, de Malla Malla, werken del Lof Newen Mapu del Alto BioBio llegó a ellos a través de un video filmado en terreno que muestra un momento único: la visita técnica a terreno de una comisión gobierno – empresa, en la que irrumpieron los campesinos. El dirigente pehuenche reaccionó así:
“Yo le digo al señor representante de la empresa, al señor de gobierno, de CONAMA acá, nuevamente están atropellándonos, están en ese camino de genocidio. … Antes que nada deberían conversar con nosotros, que somos los dueños de esta tierra quieran o no quieran(…) Si acá está Falabella, si acá está tal persona particular, ellos sabían que esta tierra era de nosotros, que lo hayan comprado es problema del mismo Estado … yo le digo, señor Colbún, usted debe entrar en una conversación con el pueblo pewenche del Alto y Bajo Bío Bío. Tenemos muchos niños estudiando afuera, en cualquier accidente si se rompe cualquier represa va a haber una tragedia muy grande. A mucha gente no mapuche y mapuche no le importa nada, simplemente porque han perdido el tema del valor humano. Quizás los tiene locos el asistencialismo o el mismo sistema de vida que hoy se vive. Y por eso mismo yo, quiero dejar bien claro acá, al señor gobierno de CONAMA, que aquí no solo existe un Kuel. Para nosotros ¡Todos los lugares son sagrados! No solo ha muerto gente aquí por un solo régimen de persecución, aquí hay mucha gente de nuestro pueblo bañada en sangre, en este lugar y de todos los lugares del sur. Entonces que ustedes hoy día sin considerarnos a nosotros, lleguen y hagan las cosas, caminen por allá por acá y filmen, hagan lo que sea, ese es un atropello a nuestro derecho. Yo pienso que deben conversar y agendar desde ya una reunión con Colbún pero en forma, como pueblo mapuche, ¡No como comuna Alto Bío Bío! Porque a nosotros eso no nos representa. Ustedes mismos saben que esa es una estructura del Estado Chileno, nosotros somos aparte y seguimos vivos y por eso decimos no a la represa, no se construye aquí la represa”.
Dos veces desplazados
El proyecto está ubicado en la confluencia de los ríos BioBio y Huequecura, que para los pehuenche marca la entrada al territorio ancestral mapuche-pehuenche del Alto BioBio. La empresa sostiene que no hay indígenas en el sector porque no existen comunidades reconocidas por CONADI, pero la realidad es diferente. Son más de 40 las familias indígenas que viven en los tres lugares que serán inundados: Los Notros, Lo Nieve y Los Nogales (comuna de Santa Bárbara) y la localidad de San Ramón (comuna de Quilaco). Entre los afectados hay 5 personas que fueron relocalizados en Los Notros a raíz de la construcción de la central Ralco. La escuela G 967 de Los Notros, y tres campings que se encuentran en el área serán inundados también. En el área de influencia del proyecto, la mayoría de los habitantes siguen sin tener luz ni agua potable y en Quilaco la electricidad es más cara que en Los Angeles. Para ellos no hay ventajas sino la pérdida irreparable de un hábitat que aman por su paisaje, historia y diversidad.
En el área impactada directamente hay un sitio de significación cultural y religiosa denominado Kuel ( en mapudungun,“que sostiene la creación”), un centro ceremonial emplazado en lo alto de un sitio desde donde se domina toda el área, de impresionante belleza. En ese lugar, en la década de los 90 y a principios de 2000, el fallecido Lonko Antolin Curriao realizó rogativas en el contexto de la lucha contra los megaproyectos Pangue y Ralco. El kuel –ubicado en la localidad de Los Notros, a una media hora de la comuna de Santa Bárbara- es una construcción natural de roca en forma de pirámide, con senderos naturales y una escalera de piedra. Explica Roni Leiva: “Un kuel es un lugar de sabiduría, está ahí para que podamos aprender de él y es parte de nuestro patrimonio espiritual como pueblo, esto ha sido incluso reconocido por Conadi en el oficio 578 del año 2008”. El frente mapuche-chileno de oposición al proyecto ha realizado varias vigilias en este espacio de espiritualidad ancestral mapuche, algunas presididas por un machi, como parte de la retoma de posesión del lugar y fortalecimiento espiritual para una lucha que requerirá de mucha energía.
Impacto en la cuenca
La aprobación dada por Corema al proyecto desestimó importantes objeciones ambientales, en una decisión política y no técnica. El estudio presentado por la empresa no tomó en consideración el impacto acumulativo de esta nueva central en el entorno ya afectado por Pangue y Ralco e ignoró que el área es una cuenca y un ecosistema. Colbún presentó una línea de base incompleta criticada por el Centro Eula de la Universidad de Concepción y por el Servicio Nacional de Pesca, Sernapesca, que hizo observaciones sobre la fauna del río Huequecura, que tiene 32 km de largo.
Para este servicio, los datos generados durante el período de seguimiento de las centrales existentes en Alto Bío Bío establecen que la comunidad íctica de la cuenca del río Bío-Bío contiene un total de 19 especies de peces nativos. Tres de las especies representadas, el tollo, el pez gato o bagrecito y carmelita de Concepción están en categoría de peligro de extinción. La construcción de la presa que inundará 641 hectáreas, embalsando 100 millones de metros cúbicos, va a dejar aisladas las poblaciones de peces de la zona alta de los ríos Huequecura y Queuco, con el consiguiente impacto sobre la variabilidad genética de sus poblaciones.
Por otra parte, las centrales hidroeléctricas generan también un impacto en el cambio climático y las emisiones. La inundación de áreas completas con seres vivos, llamados técnicamente "materia orgánica", genera metano, lo que contribuye al calentamiento global, echando por tierra la propaganda oficial acerca de que las megacentrales hidroeléctricas son "energía limpia" que contribuye a evitar las emisiones.
Fotos de Freddy Pérez